La fortaleza en la obra de Amparo Tormo revela una clara y consciente voluntad de introducir puntos de referencia al medio, de contar con ciertos elementos de apoyo que ayudasen a compensar esa especie de vértigo que todo escultor percibe durante el proceso
creativo, enfrentándose con los materiales y el espacio, un dialogo donde el rigor y la coherencia se enfrenta continuamente con la evolución, con la obra y el creador, una tarea continua e imposible de imperfecciones y correcciones en busca de la perfección.
Amparo durante los últimos años ha estado, trabajando continuamente en la soledad de su estudio y enfrentándose a corregir su propio proceso, a la luz y a la sombra de la naturaleza, de un método riguroso y meticuloso donde la escultura contiene y concibe alusiones arquitectónicas, donde el vaciamiento de las formas y la tensión entre estructuras se conjuga con el espacio a través de formas básicas, puras y plenas, que se interseccionan entre metales y maderas, entre planos negros y brillantes, como espacios de calma y tensión.
Espacio y luz.
Una endíadis que sigue existiendo en el trabajo de la artista.
Construcción y representación.
Esencia y apariencia.
Conflictos y dualidades presentes en el arte desde su nacimiento.
La peligrosa heterogeneidad de estos centros de fuerza distingue el trabajo de la artista colocándola en un mundo a la vez poético y extremamente analítico donde la exploración del espacio abstracto se hace con materiales naturales como la madera o artificiales y
extremamente fríos como el hierro y el acero, una conjunción de tensiones, de luz y de sombra, de oposiciones que no existirían la una sin la otra y que la escultura de Tormo las controla, las domina y las corrige.

Sus obras están en colecciones como el IVAM. Instituto Valenciano de Arte Moderno, Fundación Cultural Bancaixa, en la Collecció d’Art Contemporani de la Generalitat Valenciana y también en museos extranjeros como el Museo de la Solidaridad Salvador Allende en Santiago de Chile. La artista ha ganado premios como el Primer Premio en la VI Bienal de Escultura de Meliana (2000), en la VII Bienal de Escultura “Villa de Mislata” (1999), en la VI Bienal de Escultura de Quart de Poblet, (1998), el Premio de adquisición de obra en la XI Bienal de Artes Plásticas de Murcia, (1997), el Primer Premio (Pintura) XXII Premio Bancaixa de Pintura y Escultura, (1996), el Premio adquisición de obra en la 2ª Bienal de Escultura de Alfafar (1986).