Ana Ciscar

Valencia, España 
1993

Graduada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de València en el año 2015 y cursado el Máster de Producción Artística en la misma universidad, se especializa en la rama de Pensamiento Contemporáneo y Cultura Visual.

Actualmente trabaja como artista plástica dentro del ámbito de la pintura contemporánea y la fotografía, participando en numerosas exposiciones colectivas entre las que destacarían la Mostra TEST, la Biennal en Mislata de Miquel Navarro, la Muestra PAMPAM17 en el IVAM, o la reciente The act of seeing with no eyes en la Galería Punto. También ha sido galardonada con diferentes premios y distinciones a lo largo de éstos años, como el primer Premio del Salón de Otoño del Ateneo Mercantil de València, el Premio Mardel Artes Visuales 2019, o Premio Internacional de Pintura de la Fundación Mainel en 2017, así como finalista en el Premi Senyera 2020 del Ayuntamiento de Valencia.

La obra de Ana Císcar explora el valor de la imagen y su potencial narrativo. En sus trabajos se adentra en la tensión que proviene de atribuir a la fotografía documental la calidad de representación fiel de la realidad, contraponiéndose al carácter interpretativo, de narración construida, que se otorga a las artes, y particularmente a la pintura.
La artista parte de la apropiación de fotografías antiguas, de archivo y de prensa, que traslada al lenguaje plástico mediante un complejo trabajo de montaje con las imágenes, a base de desdibujar, recomponer y yuxtaponer los originales. Esta peculiar estrategia deconstructiva le permite repensar y volver a activar el material utilizado, dándole la vuelta a ciertos imaginarios, y cuestionando las políticas de la visualidad. El resultado son pinturas híbridas que, si bien pueden llegar a conservar el aspecto de documento de la realidad, tienen un tono de inquietante extrañeza.
La intervención de Ana Císcar, al descontextualizar las imágenes, crea discontinuidades que instan al espectador a interrogarse sobre el sentido de lo que ve. El efecto se incrementa con la presencia de textos, en ciertas ocasiones manipulados, que no sólo añaden confusión, sino que también subrayan la necesidad de una estructura narrativa o de un contexto para poder leer cualquier tipo de imagen, incluso una fotografía documental.
Así, la artista renuncia al control del discurso y promueve una lectura abierta y multidireccional que vincula de manera sugerente la fotografía, la pintura y el relato, al mismo tiempo que cuestiona aquello que las imágenes pueden mostrar, pero también, ocultar.

Obras disponibles

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