I have a dream to cross the reality

07.07.2022 – 15.09.2022

Victoria Iranzo, Cristina Ramírez, Gema Quiles

Como paradigma estético, la contemplación del paisaje reflexiona sobre los componentes suprasensibles que resaltan los elementos arquetípicos de la escena que se observa. En cambio, estar en el paisaje, pertenecer al medio, inmiscuirse en el escenario, es un ejercicio político que señala el paisaje según la relación del sujeto y el medio.

Planteando estas dos afirmaciones en conjunto, podemos decir que aquellos actos estéticos de configuración de la experiencia a través de la observación, introducen formas alteradas de subjetividad política a través de la mirada.
Estar en el paisaje implica definir mentalmente la noción de “pays”, en relación a las fuerzas orquestales de los estados y la realidad del contexto. La mirada política ante el paisaje implica la presencia de un observador frente a un objeto real, en su caso, ante un territorio. Si bien, la expansión del paisaje al margen de su fisicidad, el omnipaisaje mental, ha provocado que las consideraciones identitarias y políticas del paisaje tradicional sean un cuerpo psicológico y etéreo. El paisaje como medio reconocible se ha transformado en un escenario como lugar mental proyectado.

La exposición I Have a Dreams to cross the Reality es un conjunto de posiciones críticas del lugar propio que evocan escenas particulares, siendo estas, las representaciones de las líneas que dibujan la mente de sus autoras. Estas escenas combinan en un todo-lógico las piezas que componen el proyecto desarrollado por Victoria Iranzo (Cuenca, 1989), Cristina Ramírez (Toledo, 1981) y Gema Quiles (Vila-real, 1994) en el espacio de Jorge López. Las obras de estas tres artistas ejemplifican cómo la confección de escenas contextuales es una práctica destinada a dar presencia al devenir-mundo del pensamiento subjetivo, somatizado e identitario. La creación de estas escenas, desde un punto de vista antropológico, es una respuesta al fin de las utopías políticas. Sin embargo, es una respuesta negativa ante la determinación de tal fin.

Cada una por su parte, propone una mirada hacia contextos específicos en los que la identidad ofrece una desregulación de las posiciones hegemónicas de la representación pictórica.

La obra de Iranzo alude al cuerpo femenino como paradigma de la representación, el cuerpo abandona la distancia con el paisaje y sucede el abrazo entre los objetos representados.

Ramírez busca los espacios liminales de la representación entre lo real y lo ficcional, entre la construcción narrativa de un paisaje coherente que se encuentra con la simulación subjetiva de un espacio desconocido.

Y, por su parte, la pintura de Quiles es una representación de un paisaje idílico, un imaginario simbólico en el que la mirada se acerca y aleja a su antojo para extraer al paisaje de las fuerzas que lo sostienen.

Have a Dreams to cross the Reality , es un alegato de la pintura de paisaje contemporánea que no rechaza la proyección utópica y, como respuesta política, se aferra al retorno de lo evocativo. Una pintura que se reformula con respecto a las corrientes hegemónicas del siglo XX en tanto que pierde el centro del cuerpo ante la acción pictórica, en pro de un cuestionamiento del propio cuerpo ante los símbolos que representan su presencia. No es casualidad que este discurso se pronuncie en la suma de la producción de tres mujeres pintoras. El paisaje, como construcción mental ante lo real, no puede escapar de la significación del cuerpo de quién lo analiza y de quién se aproxima a él; la representación no puede ser indiferente a la biopolítica del espacio, ni a la identidad de la mirada.

Welcome, learn how to dream

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